Brontosaurio

Brontosaurio el dinosaurio de cuello largo

Hoy toca conocer un poco más de uno de los mas grandes seres que poblaron este planeta: Brontosaurio el dinosaurio de cuello largo.

Nos basta ver cualquier imagen de nuestros dinos elegidos en este blog para deducir el porque les llamamos de esta manera. En mi opinión suena más amable que “lagarto estruendoso” que es como realmente se le llamaría en español .

¿Cuando vivió el Brontosaurio?

Lo primero, vamos a situar a nuestros “amigos” en su tiempo. Viajamos por tanto muuuchos años atrás… concretamente estamos en la época Kimmeridgiense. Estos animales pasearon por la Tierra más o menos desde hace 155 hasta los 152 millones de años. Los situamos entre medias de la edad Oxfordiense (después)  y del Titoniense (antes) . Las tres épocas están comprendidas dentro del Periodo del  Jurásico.

Brontosaurio
Brontosaurio

Estudio (Charles Marsh)

Se empezaron a juntar las piezas del puzzle sobre este gigantón en la segunda mitad del siglo XIX, en concreto en el año 1879. Fué por “culpa” del paleontólogo norteamericano Othniel Charles Marsh.
Este caballero era una reconocida eminencia en su tiempo (licenciado en Geología, Paleontología y Anatomía) que además participó en otros descubrimientos. Investigó sobre diversos dinosaurios y otras especies, pero lo que más nos interesa en este artículo, es el prestigioso descubridor de nuestro protagonista.

Él lo bautizó con el nombre que perdura aún en nuestros días:
– Señores y señoras demos la bienvenida al Brontosaurus”

Clasificación

Este animal técnicamente es en realidad, el “dinosaurus saurópodus diplodócidus” (casi nada… a ver quién es capaz de decirlo, rápido, de carrerilla, de una vez). Pertenece a un género que se divide en tres especies

Excelsus: descubierto por el mencionado Marsh en 1879.

Parvus: descubierto por Gilmore y Peterson en 1902.

Yahnahpin: descubierto por Redman y Filla en 1994.

En este punto debemos hacer una aclaración muy importante. Durante muchos años, hasta hace poco, estaba totalmente extendida y dada como buena la siguiente teoría. Dicho estudio sostenía que el Apatasaurio (lagarto engañoso) y nuestro dino eran el mismo animal. En abril del año 2015, gracias a la publicación de un concienzudo estudio (de nombre Peerj) realizado por un grupo de especialistas: Roger B.J. Benson, Emanuel Tschopp y Octavio Matteus de nacionalidades Alemana y Portuguesa se determinó que cada uno era de su padre y de su madre. Conclusión: Son dos especies diferentes.

Estudiando los fósiles

Ante todo, siempre que hablamos de dinosaurios tenemos que recordar que esa época está muuuuuuy atrásss. Cuando ellos deambulaban por nuestro mundo no había pintores, ni cámaras de fotos, ni películas…  todo empezó con los fósiles. A partir de estos restos se desarrollan casi todos los estudios que nos pueden dar una idea del semblante que tenían. En buena lógica, los paleontólogos se han topado con una serie de limitaciones evidentes y preguntas sin respuesta, para averiguar detalles de estos fantásticos seres.

Cuando uno piensa en un Brontosaurio, piensa en un bicho muy grande, con un cuello interminable que se alarga para comer hojas como una jirafa. También en los enormes chuletones que se comían los “Picapiedra” en sus prehistóricos restaurantes diseñados a la americana tras bajarse de sus “troncomoviles”. Quizás en películas donde aparecían esqueletos gigantes con cientos de huesos en estancias muy amplias de los Museos de Ciencias Naturales… Todos estos clichés y alguno más que se nos escapará seguro, por supuesto tienen pinceladas de verdad, se corresponden con la imagen popular que tenemos. Pero, ¿cómo eran en la vida real estos mastodontes?. ¿Qué pinta tenían si nos los encontráramos cara a cara?. Bueno, vamos a ver si somos capaces de contarlo

Muchas personas creen que eran animales casi con unas medidas interminables con la cabeza en el cielo y el peso de un trasatlántico. ¡Vale!, ciertamente eran muy grandes, pero no con esas escalas, ni en lo alto, ni en el peso.

Alimentación y años de vida del Brontosaurio

La dieta condicionaba al Brontosaurio, ya que su comida era estrictamente vegetal, vivía una vida de pastoreo, buscando los pastos más adecuados. Todo coincide; El contorno de su cuerpo, su pequeña cabeza (lo que se sabe), su dentadura parecida a los cinceles, su estructura ósea. Todos estos rasgos despejan cualquier duda sobre la condición de su alimentación. Engullía grandes hojas, musgos, algunos helechos, ginkos y plantas similares. ¿Sabéis cuantos cientos de kilos de “verde” podría ingerir al día este herbívoro? Aunque no hay exactitud sobre la cantidad, más de 400 kilos tranquilamente. ¡Hala! ¿A ver quién se atreve a invitarle?

Si valoramos su estilo de vida, su trayectoria era relativamente tranquila dentro de su tiempo. Disponía de comida suficiente, un discurrir tranquilo. No tenía casi problemas de depredadores (en su edad adulta) debido a su ingente tamaño. Los “abusones” del barrio se lo tenían que pensar mucho antes de meterse con ellos. Probablemente es el animal terrestre más grande que haya existido en la faz de la tierra. Se cree (esto no está claro) que convivían varios individuos en manada. Todos estos factores a favor nos indican por que el Brontosaurio solía llegar a viejo. Disfrutaba de una media de vida de unos 100 años aproximadamente.  

Habitat

Se considera, que como buen sauropodo, era sobre todo terrestre, pero en un hábitat con gran cantidad de ríos y mucho terreno pantanoso. Los yacimientos revelan su principal campo de acción en La Formación Morrison (paraíso de los buscadores de huesos). Sita en la zona oeste de lo que hoy es Norteamérica. Nuestra estrella transitaba desde Nuevo México, atravesando USA hasta llegar a Canadá. Estos fundamentos apoyarían que el Brontosaurio se pasó en remojo gran parte de su vida. Algo así como un enorme hipopótamo del Jurásico. Por su anatomía y la zona donde vivía se estima que su adaptabilidad al agua debía ser más que digna. Probablemente haber sido un buen nadador era otra de sus habilidades.

Anatomía y características

Una vez que hemos encuadrado y presentado a nuestro personaje, sabiendo  la dificultad para describirle, vamos a ver que pinta tenía este gigantesco dino.

El Brontosaurio tenía una altura de unos 4,30 metros más o menos como como una jirafa adulta . Un peso de media entre 20 y 25 toneladas unas 5 ó 6 veces más que un elefante africano. Estos datos aún siendo una barbaridad nos alejan del estereotipo de  Godzila y sus colegas. No obstante, cuando leemos el tamaño que tenía, ahí sí, sí que es extremadamente colosal, nos vamos “solo” a unos 21/23 metros de largo. Imaginaros un lagarto como 5/6 coches medios, convencionales, en fila india andando por la calle. ¡Vamos!, que tenía una columna vertebral que parecía una carretera! (15 cervicales, 10 dorsales, 5 sacrales y 82 caudales) eso sí que impresiona, ¿no?

Como ya adelantamos era un Saurópodo, vamos que caminaba a cuatro patas. Claro que más que cuatro patas eran cuatro columnas de unos 200 kilos cada una. Pensad que huesos, que musculatura tan esplendidas tendría para poder mover con un poquito de gracia tamaño corpachón.

La velocidad no era su fuerte, tenían un cuerpo de peso pesado. No estaba precisamente diseñado para correr como otros dinos de su tiempo. Aún así se estima que podían alcanzar los 25/30Km/h. ¡¡Buff!!. ¿Os imagináis?…  Menuda impresión debe ser encontrarte de frente este bicho corriendo hacia ti. Sus caminatas, sobre todo para localizar lugares donde engullir sus “ensaladas” les ayudaba a mantenerse en forma. De media fácilmente podrían recorrer al día entre 20Km/40Km. en sus entretenidos “paseítos”

Una de las características típicas del Brontosaurio se dedujo de las huellas encontradas y de la morfología de los huesos de sus patas. Tenía una garra enorme en la parte central de sus patas delanteras que utilizaba como un gran gancho a modo de alpinista. Lo clavaría en los troncos de los árboles para poder erguirse a dos patas y así comer las hojas de las ramas más altas. Además lo utilizaba como una enorme desbrozadora, apartando las ramas más bajas e incluso arrancando las cortezas de los propios árboles. En las patas traseras no tenía utilidad ningún gancho, necesitaban una base mayor, disponían de tres dedos con sus respectivas  pezuñas en forma de garras.

La cabeza era muy pequeña y más en proporción con el resto de su cuerpo. Hasta el momento no se ha encontrado un cráneo en condiciones para poderlo analizar a fondo. Ante la falta de muestras surgió una curiosa teoría años atrás que sostenía que tenía dos cerebros. El argumento era por dos cavidades que se intuían en su cabeza. Después de varias investigaciones posteriores se determino que una era para el cerebro y la otra era un compartimento para la medula.

En realidad son hipótesis. Lo que se reconoce es por el estudio anatómico del resto de su osamenta y por comparación al de su “primo” el Apatasosaurio (Apatosaurus louisae). Esta era una de las razones por las que les consideraron el mismo animal tiempo atrás. En todo caso, lo evidente, es que por las dimensiones de su testa y el espacio para su cerebro. No era precisamente de los dinosaurios más listos.

Muy característico era su cuello; largo, flexible y fuerte. A buen seguro hubiera sido una maravilla haberle podido contemplar, alargándose para engullir las hojas más inaccesibles. Esto era factible gracias a sus vertebras bifurcadas. Permitían albergar en su interior unas bolsas o sacos aéreos que actuaban junto a su fuerte musculatura para aligerar su carga de peso. Siendo a la vez tremendamente dinámico, podíamos concebir algo parecido a una mezcla del cuello de una avestruz y una jirafa.

El cuerpo del Brontosaurio era fuerte, compacto, destacaba la altura de su torso debido a sus grandes costillas y a la inserción de su cuello. También influía el peso más liviano de su cola, un largo látigo que actuaba en ocasiones de defensa y sobre todo ayudaba con el equilibrio. Ejercía de timón para ayudar a cambiar de dirección, pero como peculiaridad era mucho menos robusta que las de los otros dinos morfológicamente similares.

Si verdaderamente nos encontráramos con uno de ellos… ¿ Qué pinta tendrían?, ¿Cómo serian a la vista? o ¿Cómo sería su piel al tacto? Esto hoy en día sí que no tiene una teoría aceptada por los científicos.

La mayoría de los expertos coinciden en que en general los dinosaurios eran animales de sangre caliente (endotermos).

Parecidos a las aves actuales, por tanto al tacto su piel estaría templada. Su superficie la notaríamos dura, escamosa, parecidas a la del caimán o la serpiente, rugosas más similares a las del avestruz. Otros dinos tendrían parte del cuerpo recubierto de plumas. Vamos, que seguro no pasarían precisamente desapercibidos, ¿verdad?

Por último no podiamos dejar de mencionar la que ha sido la mejor representación en el cine de un cuellilargo… se trata de Jurassic Park I, donde la impresionante presentación de un Braquiosaurio ha quedado para la historia del cine. Si quereis saber mas sobre la película: pinchad aqui.

Brontosaurio de Jurasic Park

Bueno, hasta aquí ha llegado el blog de hoy sobre el monumental Brontosaurio el dinosaurio de cuello largo. Muchas gracias por estar ahí.

¡¡ No os perdáis los próximos artículos !!.
¡¡Un saludo Jurásico!!

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